Etiqueta Energética en Electrodomésticos; ¿A quién no le gusta ahorrar? En las facturas del hogar, la venta de ropa, los viajes. Pero para lograr este objetivo en casa, hay que prestar atención a los detalles del consumo de energía, agua y gas.
Además de los numerosos consejos sobre consumo que puedes encontrar fácilmente en Internet, debes leer detenidamente la etiqueta energética de un aparato antes de comprarlo. Pero para entender para qué sirve la etiqueta energética y qué aparato es el más adecuado para ti, nada mejor que informarse en fuentes fiables.
En este artículo de Estudiar Energías Renovables Online, te explicamos un poco más sobre las etiquetas energéticas para que puedas ver una reducción en tus facturas de electricidad desde el primer momento.
Etiqueta Energética en Electrodomésticos. Para qué Sirve y Cómo Leerla
¿Para qué Sirve la Etiqueta Energética en Electrodomésticos?
Si alguna vez has visto una etiqueta con colores variados, iconos y muchas letras, pero aún no sabes muy bien qué es, en este artículo te explicamos para qué sirve la etiqueta energética.
Una etiqueta energética contiene información sobre la eficiencia energética de un determinado producto. De este modo, el consumidor tiene claro qué opciones consumen menos energía y, por tanto, ayudan a ahorrar en la factura energética.
La etiqueta energética europea, precursora de la etiqueta CLASS+, se creó en 1992 para animar a los fabricantes a ofrecer soluciones cada vez más eficientes.
Según el manual de la etiqueta energética CLASS+, los productos con etiqueta energética son todos aquellos que:
- Consumen energía directa e indirectamente, como los lavavajillas y los depósitos de agua caliente.
- Tienen una alta penetración en el mercado, con un mínimo de 200.000 productos al año.
- Tienen un alto potencial para reducir el consumo de energía y el impacto medioambiental.
Con este etiquetado y la consiguiente reducción del consumo de energía a nivel individual, conseguimos algunos objetivos comunes, como contener el agravamiento del efecto invernadero, reduciendo las emisiones de CO₂.
Por su relevancia en términos de sostenibilidad, y por ser un factor decisivo para el ahorro del consumidor, la etiqueta energética de los electrodomésticos debería ser visible a la hora de tomar la decisión de comprarlos.
En este sentido, tanto en las compras en tiendas físicas como en las online, las etiquetas deben mostrarse de forma normalizada.
En las tiendas físicas, las etiquetas deben estar completamente expuestas en la superficie frontal o superior del producto para que el consumidor pueda verlas inmediatamente. Los productos envasados, como las bombillas, deben llevar la etiqueta energética impresa en el propio envase y la clase energética debe figurar junto al precio.
En la tienda online, la clase energética debe aparecer junto a las características del producto, y la etiqueta completa debe estar disponible a través de un enlace.
En los folletos promocionales debe indicarse la clase energética y el tamaño de la indicación debe corresponder al precio del producto.
Por mucho que quieras comprar un producto nuevo que tenga una clase energética definida, tu derecho como consumidor debe estar garantizado por la entidad que lo vende. También hay que destacar que, en todos los casos, la etiqueta debe estar disponible en una versión coloreada, para destacar la escala de colores asociada a cada clase energética.
Sin embargo, de poco sirve identificar una etiqueta si no se puede interpretar la escala de eficiencia energética que muestra. Descubre cómo funciona esta escala de forma simplificada.
Cómo se Lee la Etiqueta de Eficiencia Energética en Electrodomésticos
Ahora que ya sabes qué es la etiqueta de eficiencia energética en electrodomésticos, vamos a ayudarte a interpretarla.
La nueva etiqueta de eficiencia energética, que llegó el 1 de marzo de 2021, divide los aparatos de la A a la G, siendo la A la más eficiente, lo que simplifica la nomenclatura. Sin embargo, la categoría A se dejará de lado por el momento, para permitir que la innovación y los nuevos aparatos ocupen esta categoría superior.
A partir de marzo de 2021, estas nuevas etiquetas se implementaron en lavavajillas, lavadoras, secadoras, frigoríficos, monitores y pantallas, que fueron los primeros en cambiar esta nomenclatura. Sin embargo, las antiguas etiquetas siguieron estando presente en las lámparas y bombillas, que cambiaron en septiembre de 2021. Los últimos son los aparatos de aire acondicionado y las secadoras, que cambian en 2022.
¿Por qué una nueva etiqueta energética de la UE con una escala de la A a la G?
Los nuevos modelos de electrodomésticos son cada vez más eficientes desde el punto de vista energético y casi todos los nuevos productos llevan la etiqueta de las categorías superiores (A++, A ++, A+, A, B, etc.). En lugar de añadir más signos de suma a la categoría A, las nuevas etiquetas energéticas se «redimensionan», producto por producto, a una simple escala de la A a la G.
Las categorías superiores se dejan vacías, para fomentar la innovación y dejar espacio al progreso. En una etiqueta redimensionada, la clase energética de un producto se determina según normas más estrictas.
Otra novedad de la etiqueta energética es el código QR que lleva directamente a la información sobre el modelo de producto en una base de datos.
Diferencias entre Etiqueta Energética y Certificado de Eficiencia Energética
Si bien es cierto que tanto la etiqueta como el certificado clasifican los artículos según su eficiencia energética, son dos conceptos completamente diferentes.
El certificado de eficiencia energética es un documento oficial que informa sobre el consumo energético y las emisiones de CO₂ de un edificio o inmueble. Para este informe, emitido por un técnico, se tendrán en cuenta aspectos relacionados con la construcción: habitantes, aislamiento, existencia de instalaciones de gas, entre otros.
