Cómo Ahorrar Luz con la Nevera; Forma parte de nuestra vida cotidiana, siempre enchufada y consumiendo electricidad, y sabemos que su funcionamiento puede suponer una carga en la factura mensual. Por eso, descubre cómo ahorrar energía en tu nevera.

Una parte esencial de la planificación de tu economía doméstica consiste en examinar detenidamente la eficiencia energética de sus aparatos y su respectivo consumo. Al fin y al cabo, son los responsables de los valores que aparecen en tu factura de la luz y, por supuesto, siempre queremos que sean los más bajos.

El frigorífico es el electrodoméstico de mayor consumo. Esto se debe a que, aunque no tiene la mayor potencia de todos los electrodomésticos, es el que más tiempo permanece conectado a la electricidad, excepto cuando lo apagamos para hacer una limpieza profunda o cuando vamos a pasar muchos días fuera de casa.

Calculamos que el consumo del frigorífico es de 108 kWh al mes, una cifra muy superior a la del calentador eléctrico (75 kWh) y el ordenador (48 kWh, teniendo en cuenta que trabajas en casa).

Sin embargo, siempre hay formas de optimizar el consumo de la nevera centrándote en la eficiencia energética de la casa. A través de sencillos consejos aprendemos a ahorrar luz con este electrodoméstico.

En este artículo, Estudiar Energías Renovables Online te presenta unas sencillas recomendaciones para que empieces a ahorrar ahora mismo con tu nevera. Porque cuando se trata de consumo de energía, ser más económico es bueno para ti y para el planeta.

Ver Curso de Eficiencia Energética Industrial

Cómo Ahorrar Luz con la Nevera. Consejos Prácticos

Cómo Ahorrar Luz con la Nevera de Casa

Hoy en día, es cada vez más habitual que recurramos a las apps de reparto de comida para intentar ahorrar tiempo en la preparación de los alimentos y en el desplazamiento al supermercado y al mercado cada semana.

Naturalmente, esto también se refleja en un menor consumo de la cocina, el horno, el arcón y otros aparatos que forman parte de nuestra rutina culinaria.

Sin embargo, el frigorífico se sigue utilizando con la misma o mayor frecuencia. Cuando te sobra algo de comida de lo que has pedido, ¿dónde sueles guardarlo para poder terminar de comerlo en otra ocasión?

Por eso es bueno seguir algunos consejos básicos para ahorrar energía con la nevera, incluso cuando no se suele cocinar en casa. Estas son nuestras recomendaciones:

Busque la etiqueta de eficiencia energética

Como ya hemos comentado en otro artículo de este blog, la etiqueta energética en electrodomésticos clasifica la eficiencia energética de los aparatos y, en consecuencia, nos permiten consumir menos electricidad.

Estas etiquetas van desde las letras A (en verde) hasta la G (en rojo), siendo las A las que menos electricidad consumen y las G las que más.

Si tienes un frigorífico en casa cuya etiqueta está por debajo de la letra D, debes saber que invertir en otro frigorífico puede suponer un ahorro considerable a largo plazo.

Por supuesto, los aparatos más eficientes son más caros, pero el consumo de un frigorífico con etiqueta A será considerablemente menor.

Por no hablar de que un producto de clase A puede consumir entre un 30 y un 60% menos que un producto de clase D.

En resumen: fíjate bien en las etiquetas de eficiencia energética.

Ajustar la temperatura

Incluso las neveras más antiguas permiten ajustar la temperatura deseada mediante una escala numérica. Por ejemplo, el número 1 sería para temperaturas medias mientras que el 5, para las extremadamente bajas.

Esta escala ha evolucionado entre los aparatos más nuevos, e incluso es posible elegir la temperatura exacta en grados Celsius.

Para una mayor eficiencia energética, sólo tendrás que utilizar la temperatura más baja del frigorífico cuando esté completamente lleno de alimentos. Por otro lado, cuando la nevera está a menos de la mitad de su capacidad, puedes optar por temperaturas medias.

Esto se debe a que el aparato debe hacer más o menos trabajo según su capacidad. Sin embargo, en un hogar donde la eficiencia energética no es una prioridad, este principio básico de la física se ignora fácilmente, lo que se traduce en facturas más elevadas.

Piensa bien dónde la instalas

Una de las cosas en las que no piensa la gente de cómo ahorrar luz con la nevera, es en el lugar donde está. La ubicación de la instalación se refleja en la eficiencia energética y, en consecuencia, en el consumo del frigorífico. Se recomienda colocarlo en un punto protegido del sol y relativamente alejado de fuentes de calor como la cocina, el lavavajillas y la secadora.

En algunos manuales de instrucciones, puedes encontrar las medidas de distancia recomendadas, para que tengas espacio para abrir las puertas de la nevera.

Mantener la puerta (casi) siempre cerrada

¿Te has dado cuenta de que hay personas que abren la nevera para reflexionar sobre la vida y miran en su interior como si buscaran respuestas? ¡No seas esa persona!

En otras palabras, sólo abre el frigorífico cuando tengas una idea de los alimentos que quieres sacar o cuando vayas a poner otro alimento que esté a una temperatura media.

También debes comprobar periódicamente la calidad de las juntas de sellado del frigorífico, para asegurarte de que tienen una buena adherencia. Sólo con un equipo correctamente sellado se puede garantizar el menor consumo de la nevera.

Cómo Ahorrar Luz con la Nevera - Frigorífico

Cómo Ahorrar Luz con la Nevera al Colocar los Alimentos

Para optimizar la eficiencia energética del frigorífico, debes ajustar las temperaturas para mantenerlas en torno a los 5 °C en los estantes centrales y a los 2 °C en los inferiores.

Además, nunca pongas alimentos calientes en el frigorífico, ya que esto hará que el aparato trabaje más para enfriarlos.

Presta especial atención a la fecha de caducidad de los alimentos que deseas almacenar. Si ya han caducado, puedes desecharlos directamente y evitar guardarlos en la nevera innecesariamente.

Eso sí, organiza los alimentos que pongas en función de las estanterías disponibles. Proponemos la siguiente jerarquía:

Estantes superiores

En estos espacios puedes poner los alimentos que no necesitan estar muy fríos y que más se utilizan. De este modo, podrás notar si faltan y, por supuesto, ahorrar electricidad cada vez que abras el frigorífico.

Ejemplos: mantequilla, huevos, queso, alimentos ya cocinados (excepto la carne) y alimentos envasados.

Estantes inferiores

Como el aire frío es más denso que el aire caliente, es natural que la parte inferior de un frigorífico sea la más fría. Así que pon ahí los alimentos que necesitan estar a menor temperatura.

Ejemplos: carne cruda y cocida, pescado, marisco, yogur y nata.

Cajones

Dado que los cajones son los compartimentos más bajos de un frigorífico, conviene colocar en ellos los alimentos con una vida útil más corta.

Ejemplos: verduras, tubérculos, hierbas frescas y frutas.

Puerta de la nevera

Coloca las botellas y los tetrabriks en la puerta del frigorífico. Ejemplos: agua, zumos, leche, salsas de tomate embotelladas y otras bebidas.

¡Si te ha gustado la publicación «Cómo Ahorrar Luz con la Nevera», te animamos a estudiar energías renovables online! ¡Dale al Like y comparte, los futuros reclutadores contrastarán que sigues contenido de calidad especializado en tu nicho profesional!