¿Cuánto Consume un Radiador de Aceite? ¿Vale la Pena?

Existen, en el mercado, varios tipos de sistemas de calefacción para el hogar que aportan más confort a las familias en las épocas más frías del año.

Entre estos productos, se encuentran los sistemas de calefacción central y los acondicionadores de aire, que son una tendencia actual. Pero, para que no haya dudas, te advertimos: muchas personas siguen eligiendo los radiadores de aceite.

Hoy centraremos nuestra atención en las calefacciones de aceite, el sistema menos eficiente, a pesar de ser tan común en nuestros hogares.

Averiguaremos, pues, cuáles son las ventajas e inconvenientes asociados a su uso habitual, cuánto cuesta calentar tu casa con uno de ellos y qué razones hacen que el uso de estos aparatos sea una preocupación, con tu cartera y con el medio ambiente.

Antes de saber cuánto consume un radiador de aceite, veamos las ventajas y desventajas de este tipo de calefacción.

Entre los diferentes tipos de calefactores disponibles en el mercado, estos son de hecho los más utilizados. Su portabilidad y su baja inversión inicial los introducen en nuestros hogares de forma sencilla, y estas son quizá sus mayores ventajas.

Pero, como en todo, hay que destacar ventajas e inconvenientes.

Ventajas de un radiador de aceite

• No hay ruido durante el uso, son verdaderos maestros en el arte del silencio.
• No secan el aire y, por tanto, evitan el exceso de polvo.
• Como distribuyen el calor del aceite contenido en su interior, permiten que se mantenga caliente durante un largo periodo de tiempo después de ser apagado.
• No están condicionados a un cambio de aceite regular para mantenerse calientes y seguros.
• Puedes comprarlos, llevártelos a casa y ponerlos a trabajar de inmediato.

Desventajas de un radiador de aceite

• Tardan un poco más en calentar la habitación.
• Consumen mucha más energía y, por tanto, son menos eficientes y poco respetuosos con el planeta.
• El calor generado por las estufas de aceite es más caro, ya que estos aparatos consumen más energía para el mismo periodo de tiempo de utilización, en comparación con otros sistemas de calefacción más eficientes.

En 2021, una ONG comunicó los enormes gastos inherentes al funcionamiento de los electrodomésticos o de los sistemas de aire acondicionado, que se traducen en una factura energética recibida con cierto peso para muchas familias. El objetivo era alertar sobre un tema actual y urgente: la eficiencia energética.

Como ejemplo, la asociación calculó cuánto consume un radiador de aceite para calentar nuestros ambientes.

La forma más popular de calentar los hogares mediante la climatización activa es a través del uso regular de aparatos que actúan como calefactores locales, como los radiadores de aceite o los aerotermos.

Se eligen esencialmente por su bajo precio y su sencilla portabilidad, pero son los aparatos que más repercuten en la factura de la electricidad consumida.

Se ha calculado que estos gastos de electricidad pueden superar los ocho euros diarios, por el empleo de un solo radiador de aceite. Esto significa, en simple resumen, que lo que se paga por la luz consumida en una semana, a través de este empleo, supera lo gastado en el propio equipo.

¿Cuánto consume un radiador de aceite al mes?

El primer dato que debes retener es que las estufas de aceite consumen realmente mucha energía y, por este motivo, supondrán un mayor gasto en electricidad, es decir, garantizarán la llegada de facturas más abultadas a tu buzón.

Pasemos a las cuentas para ilustrar lo que puedes gastar. Imaginemos el consumo de un calentador de aceite con una potencia de 2000 W.

Si tienes una potencia contratada de 6,9 kVA, en una tarifa simple, gastarás unos 50 euros al mes con un radiador de aceite conectado durante cuatro horas al día.

Hay que recordar que, en términos de costes, las cifras representan lo que se paga por cada calentador conectado.

Ahora que sabemos cuánto consume un radiador de aceite, veamos algunas soluciones para reducirlo.

Estos son los aparatos más ineficientes para la climatización de espacios interiores, y podemos ver por qué. Aun así, su uso masivo es una realidad y, por ello, es importante conocer qué medidas pueden sortear el problema de su baja eficiencia.

A continuación, enumeramos algunas medidas que consideramos prioritarias para avanzar hacia una mayor eficiencia energética: son medidas tanto para los consumidores como para las iniciativas gubernamentales, consideradas a corto y largo plazo.

Para los consumidores, a corto plazo

• Comprar energía 100% verde, que permite el consumo exclusivo de electricidad procedente de fuentes renovables, y, por tanto, más respetuosa con el planeta.
• Invierte en aislamiento para ventanas y puertas que puedan estar dejando entrar el aire frío en la vivienda.
• Busca un mayor confort térmico vistiendo ropa adecuada a la estación del año, es decir, lleve ropa de abrigo.
• Utiliza con más cuidado aparatos como las estufas de aceite y los aerotermos. Por ejemplo: ajusta la temperatura adecuadamente, evitando la máxima potencia; apágalo cuando te vayas a dormir.

Para los consumidores, a largo plazo

• Invertir en aislamiento térmico a base de ecomateriales o materiales reciclados, en suelos, techos y paredes interiores y exteriores.
• Proceder a la sustitución de los cristales, centrándote en la prioridad de las ventanas eficientes, que evitan la pérdida de calor y promueven un mayor confort térmico en el interior. Recuerda que este material tiene una etiqueta energética que ayuda a la elección del consumidor.
• Invertir en equipos más eficientes, como por ejemplo: aire acondicionado y bomba de calor. Aunque representan una inversión inicial mucho mayor, presentan una eficiencia hasta cinco veces superior en la producción de calor, en comparación con un calentador de aceite.

Para el Gobierno

• Al igual que los consumidores, es fundamental que los gobiernos reconozcan el valor de invertir en un conjunto de estrategias para la rehabilitación de edificios, tanto privados como públicos. Esta es la medida que realmente puede tener un impacto estructural a largo plazo.
• Otro elemento importante que los gobiernos deberían tener en cuenta es la creación de paquetes de acción estratégicos para combatir la pobreza energética. Estas acciones deben ir encaminadas a crear formas alternativas de hacer frente a la incapacidad de garantizar el confort térmico, que experimentan muchas familias. En muchos casos, se justifica una cofinanciación total de los valores invertidos para la financiación de las obras de eficiencia energética.
• Reconocer la necesidad de ampliar el importe y el plazo de la financiación, como el programa de apoyo a los edificios más sostenibles.

Pensar en maneras de ahorrar dinero y energía es un paso urgente que hay que dar, tanto para tu cartera como para el planeta que todos habitamos y para el que queremos imaginar un futuro más verde.

Considera otras maneras de calentar tu hogar que sean más económicas, pero eficientes para tu comodidad y más sostenibles. Aprovecha la chimenea, ponte ropa de abrigo, evita las pérdidas de calor y considera la posibilidad de invertir en soluciones que, a largo plazo, aporten más beneficios para todos.