Qué Son las Tejas Solares y Cómo Funcionan

El nombre se explica por sí mismo: una teja solar es una teja que tiene una interacción especial con el sol.

Como actualmente están ganando protagonismo los términos relacionados con los paneles solares térmicos o los paneles fotovoltaicos, al hablar de tejas solares ya podemos imaginar que se trata de tejas con un panel incorporado, encargado de absorber la energía del sol.

De hecho, así es: las tejas solares son los paneles fotovoltaicos del futuro, ya que son menos gruesos y más discretos y, por supuesto, producen mucha más electricidad de la que vemos hoy.

Los investigadores que desarrollan las tejas solares trabajan con componentes de plástico 100% reciclado y compuestos de grafeno. ¿Has oído hablar de este elemento?

Se trata de un compuesto muy moderno que se encarga de absorber los rayos del sol incluso en los días más nublados y lluviosos, permitiendo que la capacidad de generar electricidad no se vea comprometida. También tiene la posibilidad de almacenar la energía no consumida, lo que actualmente no es tan popular, debido al coste de las baterías.

Ya hemos respondido a la mitad de la pregunta qué son las tejas solares y cómo funcionan, responsamos ahora a la segunda mitad.

Para entender mejor el funcionamiento de una teja solar, hay que analizar el material del que está hecha: el grafeno. Se trata de un material que es unas 200 veces más fuerte que el acero, unas cinco veces más ligero que el aluminio y más fino, de un átomo de grosor.

Para formar una teja solar, se necesitan aproximadamente tres millones de capas de grafeno apiladas, formando apenas un milímetro de altura. ¡Algo casi inimaginable!

Estas características, por supuesto, son favorables para la producción de energía solar y, al mismo tiempo, no interfieren considerablemente en la estética exterior de la casa.

¡Con la ayuda del grafeno, una vivienda puede llegar a ser autosuficiente en términos de producción de energía con la instalación de sólo 4 baldosas! Esto se debe a que cada baldosa puede generar entre 30 y 105 kWh al mes, y su capacidad varía según las necesidades de cada consumidor. El excedente de energía puede seguir vendiéndose a la red, lo que permite al consumidor beneficiarse de la inversión.

Esta solución democratiza aún más la producción de energía solar, haciéndola llegar a zonas que hasta ahora se consideraban de difícil acceso.

En teoría, la inversión en la producción de estas tejas solares sólo sería un 35% mayor que la producción de tejas comunes, utilizando también materiales reciclados. Sin embargo, aún no están disponibles para la venta al público en general. Atención: ¡todavía! Las tecnologías han demostrado ser cada vez más ágiles para satisfacer las necesidades energéticas de la sociedad actual.

De hecho, con la evolución de los dispositivos domóticos (es decir, los que llevan la inteligencia de la robótica a la vida doméstica cotidiana), es natural que el consumo eléctrico aumente entre cada vez más hogares.

Pero cuidado: esto no es sinónimo de una vivienda que no respete los límites del entorno. Al contrario: la tendencia es que las tecnologías sean cada vez más económicas, en el sentido de que consuman menos electricidad y rindan más. Por lo tanto, hablar de tejas solares, de casas sostenibles y de la evolución de la domótica es hablar del mismo tema.

Ya sabemos qué son las tejas solares y cómo funcionan, ¿cómo se integran con una casa sostenible?

Como ya se ha dicho, las tejas solares son proyectos paralelos importantes y relevantes para el planeta, al igual que las viviendas sostenibles. Esto se debe a que los ecologistas estudian para reducir al máximo el impacto humano en la naturaleza, a la vez que fortalecen una estrecha relación entre la humanidad y el ecosistema.

En este sentido, las tejas solares contribuyen al mantenimiento de viviendas sostenibles al tiempo que satisfacen sus necesidades energéticas, al no tener que depender del suministro de electricidad de empresas comerciales. De este modo, la casa puede disponer de toda la tecnología de una casa común hoy en día, a la vez que se ahorra en la factura de la luz.

Al no ser necesario el mantenimiento recurrente de los paneles solares, también es posible disfrutar de un ahorro considerable con esta inversión, lo que contribuye a la autosostenibilidad de los hogares que viven en una casa ecológicamente correcta.

Además de las tejas fotovoltaicas, los equipos para la reutilización del agua del baño y del lavado de los platos para su uso en los inodoros, por ejemplo.

Ver ¿Cómo Podemos Ahorrar el Agua en Casa?

El empleo de la materia orgánica como elemento para plantar el propio huerto o el espacio que permite el desarrollo de los alimentos consumidos por los residentes. En consecuencia, se minimiza la producción de basura por parte de los residentes, ya que se deshacen del consumo de plásticos de un solo uso, metales, entre otros residuos no reciclables.

Por no hablar de los dispositivos de automatización del hogar que crecen cada vez más dentro del concepto de casas inteligentes, al tiempo que facilitan la vida de las personas hasta niveles extraordinarios. Destacan los dispositivos de streaming, los altavoces inteligentes, los aparatos de seguridad, las bombillas inteligentes y mucho más. De hecho, los dispositivos domésticos inteligentes no dejan de venderse y el mercado sólo tiende a crecer en los próximos años.

Olvida la idea de que una casa inteligente o sostenible es sinónimo de una casa hippy de los años 70 en la que se vive de lo que da la naturaleza. De hecho, así se vive, pero de forma complementaria a lo que el ser humano es capaz de desarrollar mejor: la tecnología.